jueves, 5 de enero de 2012

Morayma

Morayma (Loja, 1467- Laujar de Andarax, 1493).

Alí al-Attar, vendedor de especias y general famoso, con sus hazañas alcanzó las mayores honras nazaríes. Alcaide de Loja, señor de Xagra, primer mayordomo de la Alhambra y alguacil mayor del reino de Granada, culminó sus aspiraciones al convertirse en suegro del Rey. Efectivamente, su hija Moraima, de quince años, casó con Boabdil, heredero del trono alhamar. Siendo muy rico vivió pobre, ya que sus rentas las invertía en la defensa del Reino. "Para probar los sacrificios de este rico alcalde y su patriotismo, escribe Lafuente Alcántara, baste decir que su hija Moraima, el día de las bodas, tuvo que engalanarse con vestidos y joyas prestadas". Un cronista, invitado a la fiesta nupcial, cuenta que la novia vestía saya y chal de paño negro y una toca blanca que casi le ocultaba el rostro, "lástima, dice, porque sus facciones son muy lindas y seductoras". Y un poeta musulmán asegura que Moraima tenía ojos grandes y expresivos en un rostro admirable y, conjetura, "a través de las tupidas ropas adivinábanse unos hombros, unos brazos, unas caderas y un talle de clásicos y opulentos contornos".
Los historiadores, más adelante, se refieren a ella como la tierna Moraima y como la sufrida esposa del Rey Chico. "Pocas mujeres ha habido, sin duda, tan desgraciadas como ella", recuerda Fidel Fernández. A pocos días de la boda Muley Hacén encarcela a su hijo Boabdil y "separa brutalmente a la jovencísima esposa", confinándola en un carmen próximo a la Cuesta del Chapiz. Después de la batalla de Lucena, en la que muere Alí al-Attar y es hecho prisionero Boabdil, Moraima, con su hijo Ahmed de poco más de un año, se retira nuevamente al carmen, donde sobrelleva "los largos meses del cautiverio de su esposo en Porcuna". Al fin, los castellanos liberan al Rey Chico tras de un pacto en el que, entre otras condiciones, ha de entregar como rehén a su primogénito. Ahmed, acababa de cumplir dos años, no le será devuelto a su madre hasta la entrega de Granada, cuando tiene nueve, no conoce el árabe, es cristiano y atiende por el "infantico", mote que le impuso Isabel la Católica. Moraima se recogerá, dos veces más, en el carmen del Albayzín y, por último, con su esposo, mientras esperan la salida hacia el destierro del Andarax, señorío alpujarreño que le asignaron los castellanos. "Ahora que ya no tienes reino, refúgiate en el corazón de tu mujer" dijo Aixa Fátima a su hijo, pero Moraima, "destronada sin que jamás hubiera gozado las delicias del trono" señala un historiador, solo podía ofrecer a Boabdil "el jardín último de su entrega", el recuerdo de aquel carmen del olvido en el que fuera tan desgraciada.

Desde este lugar del Albayzín, el Mirador de la Esperanza, Moraima contemplaba largamente los palacios de la Alhambra, en los que apenas fue Reina.

Marcharon al Andarax y allí permanecieron hasta que los de Castilla, en una nueva traición, decidieron expulsarlos de España, lo que sucedió "al término de las calores del verano de 1493". Así, en octubre, Boabdil, su madre Fátima, su hermana, sus hijos Ahmed y Yusef y algunos amigos y criados, salieron del puerto de Adra camino de África. Moraima, "el único ser que hubiera podido hacerle soportable la pena del destierro", moría días antes de abandonar las Alpujarras.

Y fue enterrada en la mezquita de Mondújar, rauda a la que ya habían trasladado, desde la Alhambra, los restos de los sultanes Mohammad II, Yusef I, Yusef III y Abú Saad, según consta en el folio 28 del libro de Apeo (1577) de dicho lugar. El cadáver de Moraima se llevó a Mondújar para que reposara junto al de los reyes nazaríes y, al mismo tiempo, Boabdil dispuso la entrega de ciertos bienes al alfaquí de Mondújar para que rezara dos veces en semana ante la tumba de Moraima y una renta importante a los ulemas a fin de que oraran diariamente por su esposa en dicha mezquita (según el pleito sostenido entre la iglesia del pueblo y doña Guiomar de Acuña, heredera de don Pedro de Zafra, alcalde de Mondújar, en el año de 1500, manuscrito que se conserva en el archivo general del Arzobispado de Granada).


"Apenas embarcado Boabdil para su destierro en Marruecos, dice Fidel Fernández, los cristianos se incautaron de los bienes destinados a oraciones por Moraima y, con ellos, levantaron una iglesia sobre el solar de la mezquita, que no tuvieron inconveniente en demoler". Última amargura en el recuerdo de Moraima, cuyo cadáver recorrió, en el mayor de los secretos los sometidos y calurosos valles que van desde el Presidio de Andarax (la antigua Cobdaa), Alquería, hasta Mondújar.

De fondo escucháis música andalusí interpretada por el grupo Cálamus.


Publicado por Enrique

1 comentario:

Maria Jose dijo...

Me ha encantado!!!!!!!!!
Siempre se habla de Boabdil, de su tristeza al abandonar la Alhambra y Granada; pero nunca de Morayma la gran desconocida