sábado, 10 de diciembre de 2011

Carlos Cano: once años





Once años que no está,
ni el habanero de Cai,
ni el neoyorquino de Graná.

Acordes de la emoción
de una copla diferente.
Negra y morena el alma,
verde y blanca la frente.

Saharas amargos
con arenas de té verde.

Corazón que arde
por un lucero
¡Qué desespero!

Alacena de las monjas,
con dulces de leche frita
y agüita del avellano.

Las olas de la caleta,
de piriñaca y de carnaval.
Caribes y malecones,
de La Habana colonial.

Tangos de los generales.
¡Con Malvinas y sin Malvinas,
grito su nombre por las esquinas!

Y en las noches de luna y clavel;
palmas, fados y fandangos;
y viño amargo por las tabernas.

Y ya visten las serpientes
sus trajes de santurrón,
mientras que los currelantes
hacen murga su canción:
parabá parabá parabapapá.

A 19 de diciembre del 2000.
En el mundo, provincia de Graná.


Nota: Siento que Youtube haya restringido el contenido de los videos a la reproducción en su portal, por temas de derechos de autor. No los elimino de la entrada ya que valen como enlace para escucharlos.
Las canciones eran:
Habneras de Cadiz.
María la portuguesa.
Tango de las madres locas.
Verde, blanca y verde.







Publicado por Enrique

13 comentarios:

Maria Jose dijo...

Bonito recuerdo a un grande

María dijo...

Qué maravilla...! Qué persona más grande! Y que buen acuerdo y recuerdo has tenido. Saludos.

cojayero dijo...

Muchos como el debieran existir. Granaino sin par y amante de la Alpujarra. Que descanse en paz con su tierra en el alma.

Pepe Luis dijo...

Cuando todos andábamos locos por el rock and roll, él rescataba la copla, que no canción, de de su letargo más gris.

Cuando peseta a peseta, esperábamos ansiosos el momento de hacernos con una guitarra eléctrica, él se empeñaba en hacer música con laúdes, bandurrias y guitarras portuguesas.

Cuando aprendíamos inglés (los que por entonces estudiábamos francés) para poder cantar y entender las canciones de Los Beatles, él decía en sus coplas: Kalan Garnata, habibi, regorviura, prenda, algarabitos y balate, menda, japuana, jamucuco, Al-Caucaví Al-Amalí, tagarninas de la Sierra… musitaba el canto musulmán del amanecer y el día 2, tan campante en su elefante, con su chilaba y su turbante.

Cuando subíamos a tope el volumen de la radio y nos embobábamos con los 40 principales, él se perdía por la Contraviesa escuchando a los troveros, sentado en una sillica a la puerta de un cortijo, con un buen vaso de vino de Albondón.

Cuando nos poníamos y nos quitábamos el maquillaje, je je; él se pintaba la cara de Cádiz en una chirigota continua, ¡alza toma y olé! Se contaminaba con la morralla mestiza de La Habana más profunda y le cantaba a Lucrecia, a las madres locas de mayo, a Diamantino, Layla, Rigoberta Menchú, Elena Vivaldi, Amalia Rodrigues: a Edith Piaff, a la mujer general, a Gerald Brenan, al rey Al-Mutamid; a Lorca, Miguel de Molina, Cernuda, Aben Humuya, al Pericón, a una niña sin piernas de Srebrenica, a la Verde y blanca…

Por fortuna, un día cualquiera cayó en mis manos uno de sus primeros discos. A partir de entonces fui conociendo al poeta, al cantante, al no político, al hombre… y con el tiempo, me convertí en un compañero inseparable del andaluz universal que crujía en los adentros de su corazón cansado.

“Dicen que se fue el cantante
Cantándole a la soledad,
en busca de sus veinte años;
la flor de la libertad”

Enrique dijo...

Pepe Luis ... cada cosa tiene su tiempo.
En aquella primera juventud loca nunca hubiéramos cambiado una copla por el chunda chunda en inglés de una discoteca. Y tampoco un vino en un cortijo perdído por un cubata en un sitio con mucho ambiente. ¡Las hormonas!

Pepe Luis dijo...

Tienes razón Enrique, y me encantan Los Beatles y el rock and roll; tú lo sabes.
Pero tanta importancia le dábamos a lo que nos llegaba de fuera, que no aprendimos a valorar, en su justa medida, lo que teníamos en casa; y eso, Carlos Cano lo tuvo muy claro desde el principio.

En cierta ocasión, entre clase y clase (no recuerdo ahora si en 2º o en 3º de B.U.P), varios compañeros nos afanábamos, guitarra en mano, en encontrar los acordes precisos
de un tema de Pink Floyd, que dicho sea de paso, me fascinaban entonces y lo siguen haciendo ahora. De esta guisa, nos sorprendió el profesor de dibujo; vasco, interino y un tanto atípico; pero con una percepción muy clara de las cosas.
—En todos los cursos igual —nos apostilló— Que si Beatles, que si Bee Gees, que si Rollings… Que sí, que sí; que todos majísimos. ¿Pero no os ha dado nunca por aprenderos una canción de alguna banda mucho más cercana a vosotros? Yo acabo de descubrir una hace muy poco y me tienen alucinao.

Se refería a TRIANA, no podía ser menos.

Manolo dijo...

Pues yo tengo que decir que nunca me ha gustado oír las coplas de Carlos Cano, aunque por supuesto que reconozco su merito y su valía y entiendo que a la gente le pueda gustar ese tono rustico y rural (hay gente pa tú). Pero yo recuerdo en mi adolescencia, que había un grupo de mi pueblo (mas cercano imposible) llamado “Carmín” (a alguno os sonará) y yo si me aprendí alguna letra de ellos porque además eran mis amigos y no solo conocía sus nombres si no casi toda su historia. Yo idolatraba a su líder, solista y vocalista Un tal “Pepeluis”. Es más, me gustaba como cantaba “Al Alba”, quizá más que la versión del mismísimo Pablo Milanés. El hizo que me la aprendiera y se me erizara el bello cada vez que se la oía cantar. Un saludo Pepeluis y gracias a “Carmín” por animarme muchas veladas que pasé bailando vuestros temas.

Pepe Luis dijo...

¡Hombre Manolo!
Encantado de saludarte.

Yo pensando, que a estas alturas ya no se acordaría nadie del grupo “Carmín”, y llegas tú, y ¡toma! Recuerdas hasta el repertorio.

Muchas gracias por esas palabras llenas de cariño…

¡Un abrazo!

Enrique dijo...

Mauri, si no existieras habría que inventarte. Eres el total contrapunto, el tono disonante.
No se a que trovadores semianalfabetos te refieres, probablemente la primera canción compuesta por C. Cano tenga mas poesía que todas las compuestas por P Macartney (y eso no quiere decir que no me gusten los Beatles).
En cuanto a La Alpujarra, efectivamente es lo que es y está como está. Está preciosa, está magnífica. Es una tierra que produce gente noble, gente buena; como yo y como muchos de mis amigos, como tú.
Muchos de ellos han tenido que salir, a buscar las habichuelas fuera; pero a casi todos les encanta volver.
La nostalgia es mas opinable. Puede gustarte o no. Yo jugué al futbol con botella de lejía, porque no había balón, y lo recuerdo con tanta nitidez, con tanto afecto, con tanta emoción que me parece estar volviendo a hacerlo. Te puede parecer sentimentaliode, a mi me parece lo mismo sin el -iode despectivo. No se puede vivir de los recuerdos, pero se puede vivir con ellos y muy feliz.
Dicho todo esto, tu opinión siempre es bienvenida y respetada. Nos debes un video de las cabalgatas de reyes antiguas.

Enrique dijo...

Pepe ¿Cómo que nadie recuerda a Carmín? Muchos lo recordamos, aunque se nos haya olvidado parte del repertorio. Algún día tendrás que recordarnosolo. Yo llevo tiempo intentando escribir algo sobre esa dulce época de mi vida y todavía no he conseguido dar forma de palabras a tantas cosas vividas.
Pepe, Serafín, Laureano y Mauri (aunque no sea sentimentaloide).
¡Qué buenos ratos!

Isabel dijo...

A mí me gusta Carlos Cano y me gustan los Beatles. Me gusta Triana y me gustan los Bee Gees. No es incompatible.. Me gusta Manolo Escobar y me gusta Antonio Molina. Me gusta George Clooney y me gusta Juanjo Puigcorbé. Para todo hay un momento.

Esta mañana he escuchado como 3 o 4 veces la misma canción en el camino de casa al trabajo. "Jardín prohibido" de Sandro Giacobe, pero en la versión de Sergio Dalma. me encanta esa canción. El pobre infiel cuenta su aventura para concluir con un "lo siento mucho, la vida es así. No la he inventado yo..."

Me encanta, me encanta.

Parafraseando a un conocido mío. Bon Jour.

Pavibarna dijo...

Creo que fué allá por 1978 cuando Carlos Cano sacó su primer disco "A la luz de los Cantares". Me lo recomendó primero y me lo regaló después "un cura rojo" de Motril. Fué todo un revulsivo estético, moral y rebelde en aquella época, recién acabada la dictadura francofascista, escuchar la belleza antisistema de un granaino genial, rebelde y sensible. Todavía, hoy, voy a la biblioteca de Granollers y busco cedés de Carlos Cano -que los hay- porque aquí sienten un gran respeto por nuestro gran cantautor. A mí me encanta toda la música,desde la que me cantaba mi padre para dormirme, acompañandose del tras-tras de la silla que me mecía hasta los hermosos conciertos de la gran música clasica que oigo en el auditorio de Barcelona, Santa María del Mar, la iglesia románica de Marata o el magnifico órgano de la iglesia de St. Esteve de Granollers. Bach, Mozart, Vivaldi, Behetoven, Pachelbel, Albinoni, Haydyn, Chopín, Los Beatles, Moustaki,Llach, Serrat, Raimon, Aute, Los Diablos...... hasta la que cantamos en nuestro entrañable Al-Cadí. Muy bién Enrique y Pepeluis, me entristecen los comentarios de Mauricio.

Pavibarna dijo...

Ayyy! debido a un lapsus gramaticae?? y no revisar mi anterior comentario -como se aconseja- pongo a cantar a mi padre mientras me dormía, cuando en realidad la que nos cantaba, a mis hermanos y a mí era mi madre. Mi padre también cantaba bién , pero en el campo , en las matanzas y en algunas fiestas familiares. Dicho queda.