jueves, 28 de julio de 2011

Cajoneras

No pretendo hablar de mobiliario doméstico ni recomendaros ningún nuevo modelo “ttronsstend” de Ikea.
Pretendo recordaros el mobiliario urbano de Cádiar en los años 60 y 70.
Todos los días, pero fundamentalmente los días de mercado, el único mobiliario urbano que podíamos encontrar en las calles del pueblo eran las cajoneras. Tan sencillo como calles llenas de excrementos de caballo, de mulo, de burro….

Hoy esto nos parece extraño, incluso parece que nunca sucedió. Tras los mercados, que duran escasamente media mañana, solo quedan residuos de verduras en malas condiciones, cartones, y plásticos.
¡Pero antes!
Antes los mercados duraban desde el amanecer hasta que se cerraba el último bar.
Antes en todas las rejas del pueblo había mulos atados.
Antes había puestos de serones, albardas… y muchas, muchas cajoneras por el suelo.

Pero las cajoneras daban para mucho más. El truco del paquete sorpresa con el que nos hemos entretenido de niños y jóvenes los días de mercado. Llenábamos una caja vacía de cajoneras y luego la envolvíamos en papel de regalo y la dejábamos en el suelo, como si a alguien se le hubiera caído. Aprovechabamos la avaricia de la gente. Solo había que esperar escondidos observando como el que la encontraba miraba a un lado y a otro, como la cogía, la escondía y luego seguía su camino como si nadie lo hubiera visto. Lo seguíamos escondidos hasta que el incauto, creyendo estar solo, habría la caja y se encontraba con el pastel. ¡Una caja de cajoneras! ¡Una cara de tonto! …. ¡Una panzá de reír!
Cosas que vimos hacer a nuestros hermanos mayores y que luego repetimos.

Las cajoneras daban, aún, para más. Para echárselas a los recién llegados al pueblo o al grupo. O por lo menos amenazar con echarlas para amedrentar un poco al nuevo.
¡Te voy a echar las cajoneras!, frase que dicha con cara de mala hostia …, que se lo pregunten a Fede, amedrenta.


Una foto típica de un mercado años 70.
Al frente la tienda de Ramoncico con el zócalo empapado de humedad. A la izquierda la torre de la iglesia con la puerta por la que subía Paco Dumont a dar cuerda al reloj. A la derecha el desaparecido Bar Alcalá con su chapa de CocaCola en la pared.
Y por todos lados mulos, gente y mulos.
Y en el suelo cajoneras.

Publicado por Enrique

7 comentarios:

Paco Eulogio dijo...

Un placer leer tus entretenidas entradas y sonreir recordando aquellos tiempos. Había un refrán muy muy ilustrativo sobre el tema:

"Si comes paja, cagas cajoneras".

Habrá otras formas de decirlo más refinadas, pero no más claras.
Un abrazo

Enrique dijo...

¡Buenaaas pariente!
El refranillo que dejas me ha hecho recordar una fábula que me contaba mi abuela "el asno y su amo" que venía a decir:
A un humilde jumento
su dueño daba paja, y le decía:
«Toma, pues que con eso estás contento.»
Díjolo tantas veces, que ya un día
se enfadó el asno, y replicó: «Yo tomo
lo que me quieras dar: pero, hombre injusto,
¿piensas que sólo de la paja gusto?
Dame grano, y verás si me lo como.»

Grano o paja, al final...

Isabel dijo...

Yo no recuerdo haber jugado a lo del paquete bomba ese. La Ru y yo teniamos costumbre de jugar a los molinicos que era mucho más limpio que esa marraná que describe Enri. La entrada me sugiere un comentario que espero que no ofenda, pero que creo que es el más adecuado. ¡¡Vaya mierda!!

Enrique dijo...

Isabelita ¿En que consiste el juego de los molinicos?¿Tendrá algo que ver con la mierda?

Isabel dijo...

No Enri, era un juego muy limpio. Consistia en coger molinicos, meterlos en una casica que le haciamos,o un hoyo y le echabamos hierba. Creíamos, ilusas nosotras, que se alimentaban y que así los cuidabamos.

Y la verdad es que llevas razón en lo diferentes que eran los mercaos de antes a los de ahora, y como estaban las calles antes que habia muchas más cajoneras, y si querías abonar una maceta lo tenías fácil. Ahora, ve a buscar un mulo y luego espérate que "dé de cuerpo" y luego que no tenga diarrea y aquello se pueda aprovechar...Total, que es una tarea difícil en estos tiempos modernos.

Vaya mierda comentario me ha salido..

Isabel dijo...

Ah, por cierto FELICIDADES a las Angeles. Mª Angeles Almendros, Angeles Cara y Mª Angeles la Reina (no sé su apellido), que según versa en mi agenda hoy es su día. No preocuparse que ya tendreis tiempo de invitar cuando nos veamos. Un abrazo grande y fuerte.

Manolo dijo...

Yo si recuerdo perfectamente esas travesuras de adolescente maquiavélico, los días de mercado. Si hubiéramos tenido alguna cámara de video por aquellos entonces, podríamos haber hecho algún video digno del mismísimo programa “cámara oculta”. Donde se verían algunas de las miserias del ser humano. Era una manera entretenida de pasar el día de mercado, ya que las compras eran exclusiva de muestras madres y hermanas. De ahí, que Isa y las demás chicas no pudieran entretenerse en semejante diablura. Además que estaría mal visto en aquella época (unas niñas jugando con cajoneras….)Yo también felicito a las Angeles. Aunque realmente parecen estar en el cielo, porque no aparece por aquí ninguna