martes, 22 de noviembre de 2011

Pregón Feria 2011



¿Quién es D. Nicolás Maldonado Fernández?
Si lo buscamos en Google aparecerán multitud de entradas, y todas ellas nos conducirán a un especialista en Angiología y Cirugía Vascular. También aparecerán opiniones de pacientes que hablarán de un trato inmejorable.
Pues este será D. Nicolás Maldonado.
Pues no, al menos para nosotros no es este.
Para nosotros es y será Nico. Un niño bueno y educado. Un niño de pueblo. El hijo de un hombre de campo que tenía que sacar su familia adelante dando viajes a Granada como taxista. El hijo de una mujer que ayudaba a su familia pasando el día tras el mostrador de una tienda de pueblo.
Hoy ya no es un niño. Es un hombre de pueblo, de trato fácil, que disfruta con la vuelta a sus raíces. Entre otras cosas, porque sigue viendo a su hermano Agustín paseando por las calles de este pueblo.

Pues, este año, Nico fue el encargado de presentar el pregón que daba inicio a la Feria 2011:
PREGÓN DE LA FERIA DE OCTUBRE DEL AÑO 2011 DE CÁDIAR (GRANADA),  EN HONOR DEL SANTO CRISTO DE LA SALUD Y DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA.
“Hola, buenas noches paisanos, vecinos y visitantes,  amigos todos:

La comisión de fiestas me invitó este verano a preparar el pregón de este año y acepté encantado porque pensé que estas cosas no se pueden rechazar y que cada uno de nosotros debe de intentar colaborar en la medida que crea adecuada con los organizadores de estos festejos. Para mí ha sido una obligación y un deber, posteriormente un orgullo y un privilegio redactar este pregón y saludaros esta noche desde esta tarima. 

Una vez aceptada la propuesta pensé ¿qué puedo contarle yo a mis paisanos que no sepan ya sobre su feria y sobre su pueblo?

En primer lugar, me siento obligado a ser  agradecido.

Agradezco a todos los miembros de la comisión de fiestas su invitación y espero que el contenido de este pregón sea satisfactorio para todo el mundo.

Agradezco a mis padres José y Claudina que me trajeran a este mundo en la calle Real de nuestro pueblo en enero de 1970. Les agradezco su cariño, su cuidado, su sacrificio, su amor y su apoyo incondicional, su ejemplo y todo lo que me han enseñado y me siguen enseñando. Jamás en mi vida podré devolverles todo lo que ellos me entregan a diario.

Agradezco a mis maestros: Don Manuel, Doña Lolina, Doña Nieves, Doña Angeles, Don Antonio, Don Miguel, Doña Elena, Don Juan, Don Salvador, y Doña Virginia; y a los sacerdotes Don Ramón y Don Jesús; a todos,  su ejemplo, su paciencia, su instrucción, sus indicaciones, sus conocimientos y su docencia que me prepararon para cursar estudios de bachiller y universitarios.

Agradezco a los mayores, a mis vecinos, y a todos mis paisanos la ayuda que prestaron a mis padres y a mis maestros para completar esta educación. Dice el filósofo español José Antonio Marina que en la educación de un niño participa toda la tribu; pues bien, vosotros sois mi tribu y yo ese niño que se siente miembro de la misma.

Agradezco a mi esposa Agustina todo su amor y su compañía durante estos años que estamos compartiendo y durante los cuales nunca me falta su cariño, su apoyo, su comprensión y su aliento. No podré dejar nunca de darle las gracias por haber traído a la vida a Nico y a Agu, nuestros hijos, que son la alegría de nuestra casa, y que ya se han integrado en nuestro pueblo como pavicos de adopción, y que están deseando volver a Cádiar cada vez que tienen oportunidad,  para descubrir sus calles, su río, sus tierras y sobretodo a sus gentes. 

En segundo lugar, quisiera explicaros el significado de las palabras Feria y Cádiar,  para un pavico que lleva muchos años fuera de su pueblo.

La Feria de Cádiar significa “otoño”. Nuestro pueblo tiene un clima de temperaturas extremas, que se traducen en frío al atardecer, la noche y el amanecer, y calor durante las horas centrales del día. Estas diferencias en la temperatura se notan más al inicio de la primavera y del otoño, cuando aún no nos hemos adaptado al cambio de estación. La llegada de la Feria y el fresquito que hace en cuanto anochece es el mejor indicador de que hemos cambiado de estación y de que el frío está cercano. La vegetación está abandonando el color verde y sustituyéndolo por el amarillo, rojo y marrón en diferentes tonalidades regalándonos paisajes muy bellos en esta Alpujarra nuestra.

La Feria de Cádiar significa “cosecha”. Es una época de recolección de los frutos del trabajo de todo un año: ya se han recogido los cereales, las frambuesas y las hortalizas. Los higos y  las almendras se están recogiendo. Es el momento de preparar el lagar, la prensa, las cubas, y poner fecha al comienzo de la vendimia.

La Feria de Cádiar significa “alegría”. Desde por la mañana, con el sonido de los cohetes y el paso de la banda de música, nos impregna ese sentimiento alegre y festivo que nos acompañará durante todos estos días.

La Feria de Cádiar significa “familia”. Es la excusa perfecta para volver a nuestro hogar. En mi caso tengo la suerte de poder visitar en un solo viaje a mis padres, a mi hermano José y a mi hermano Agustín que aunque ya no esta entre nosotros, yo lo sigo viendo por estas calles. Visitar a mis suegros Antonio y Agustina y a mi cuñado Antonio que son para mí otros padres y otro hermano. También tenemos la oportunidad de ver a los titos y a los primos y a todos vosotros.

La Feria de Cádiar significa “amistad”. Las amistades que uno hizo durante la infancia en este pueblo perduran durante toda la vida. En algunos casos como con Luis y su familia, esa amistad se impregna hasta la médula y se convierte en un cariño imperecedero. Cuando uno vuelve a Cádiar y se reencuentra con los amigos y vecinos del pueblo experimenta un sentimiento especial que nos hace retomar enseguida una conversación abandonada hace meses, detenernos por la calle y saludarnos, dar y  recibir noticias de la familia,  del trabajo, de los niños, de la vida en general. Aquí, no hay desconocidos; aquí, no hay prisa. El cruzarnos por la calle y vernos nuevamente es por sí solo un motivo de alegría.

La Feria de Cádiar significa “tradición”.  Nuestros mayores tienen siempre en el recuerdo esas ferias de ganado que en sus tiempos fueron el alma de esta celebración. Yo, las recuerdo vagamente en mi infancia, y en la actualidad no tienen el ajetreo y el bullicio de antaño. Pero aún persisten. También persiste la alegría, el alboroto, la fiesta, que en nuestro pueblo se realiza alrededor de “La Fuente del Vino”, lugar de encuentro y de reencuentros alegres y dicharacheros para contar todas las cosas que nos han pasado desde la última vez que nos vimos. Volvemos a degustar el vino de nuestra fuente, los dulces, el turrón, los garbanzos tostados, los pinchitos y las tapas, los churros, el arroz y las diferentes viandas que nos preparan los feriantes, los miembros de la comisión de fiestas y los mayordomos de Santo Cristo. A veces, disfrutamos también de algún espectáculo taurino, que  forma parte de la esencia de España y en mayor o menor medida es una señal de identidad para todos nosotros.

La Feria de Cádiar significa “nostalgia”. Nos acordamos de aquellos que ya no están o de los que no han podido venir por diferentes motivos. Añoramos la Feria del Ganado que llegó a ser tan importante. Añoramos nuestra infancia y adolescencia en estas calles y plazas jugando al boli, a los santos, a la banderola, a la lima, a la pelota, a la comba,... juegos que hoy es difícil explicar a nuestros hijos.  Cuando nos vamos, añoramos la feria que ha pasado y deseamos que llegue la siguiente.

La Feria de Cádiar significa “Guadalfeo”. El río de nuestro pueblo que es parte importante de nuestra vida. Es un lugar de ocio, de juego, de trabajo, que cada uno de nosotros recuerda y quiere, porque generalmente lo identificamos con alegría, trabajo y riqueza y rara vez con algo triste o penoso. Durante la feria el río toma un papel protagonista y se convierte en uno de los lugares más importantes de la misma. 

En tercer lugar, como cristiano y creyente quiero recordar que esta feria se celebra bajo la advocación del Santísimo Cristo de la Salud y de Nuestra Señora de la Esperanza. La salud y la esperanza son cosas que no se pueden ver ni tocar, pero imprescindibles para nuestra vida.

La vida es sólo un paso, un camino que tenemos que recorrer, con multitud de obstáculos. Cada día nos hemos de levantar con alegría  y dar gracias por la nueva jornada que se nos ha regalado, y con esa alegría resolver y superar todas las dificultades que se nos presenten. También hemos de disfrutar de nuestro trabajo, de nuestra vida, de nuestros seres queridos y de nuestros amigos.  La falta de trabajo, de dinero, de riqueza o de alegría,  son sin duda muy importantes, pero considero que todas esas carencias se pueden superar si tenemos Salud y Esperanza.

Cuando falta la salud, ya sea por un accidente o por una enfermedad, nos damos cuenta de lo frágil que es la condición humana y lo corta que es nuestra vida. La enfermedad y la muerte llegan siempre cuando menos lo esperamos y no nos permiten aplazamientos ni demoras. El cuidado que le demos a nuestro cuerpo nos va a permitir que este funcione y responda de forma adecuada a todas las etapas de la vida que nos toca recorrer: el embarazo, el nacimiento, la infancia, la juventud, la vida adulta, la vejez y la muerte. Todas ellas son naturales y progresivas no teniendo vuelta atrás. Cuanto mas cuidemos a nuestro cuerpo y menos lo maltratemos, él nos ayudará a afrontar mejor las exigencias de cada periodo y nos permitirá recuperarnos de las enfermedades que de forma natural nos tocará padecer. La paciencia y la esperanza, deben de formar parte de nuestro carácter y son los mejores aliados para derrotar a la enfermedad o para al menos combatirla con ánimo y alegría favoreciendo nuestra curación.  Os animo a pensar en positivo  y a cuidar de vosotros, de vuestro cuerpo y de las personas que os rodean para que la salud no falte en vuestras vidas.

La salud es muy importante para nuestro cuerpo, ciertamente, pero la esperanza es muy importante para nuestra alma. La esperanza es el sentimiento que experimentamos cuando las cosas van mal y tenemos la ilusión, la confianza, la fe, la seguridad, la creencia de qué van a mejorar. La esperanza es el motor que mueve a nuestro cuerpo. Sin esperanza nuestra vida no tiene ningún sentido.  La esperanza es el alimento del que se nutre el espíritu del hombre enfermo para recobrar su salud. La esperanza es el aliento que conforta al  parado y lo ayuda para volver a trabajar. La esperanza es la alegría de la embarazada para ver la maravilla del hijo que ha germinado en sus entrañas y que va a parir su cuerpo. La esperanza es la coraza que nos permite equivocarnos, errar en nuestros proyectos y volver a intentarlo a pesar de las críticas o de las dificultades. La esperanza es el sueño que tenemos todos los emigrantes de volver a nuestra tierra para descansar en ella. La esperanza es el consuelo de las madres que tienen un hijo enfermo o lejos de su lado, que las mantiene vivas hasta que el hijo recobra la salud o vuelve al hogar. La esperanza es el anhelo que tienen los padres de que sus hijos se conviertan en hombres y mujeres de pro, que los honren y que ayuden a mejorar esta sociedad en la que vivimos.  La esperanza es el pan que alimenta a los creyentes y que nos conduce y acompaña para atravesar ese túnel desconocido entre la muerte del cuerpo y la resurrección del alma.

En cuarto y último lugar, quiero terminar estas palabras deseando que la alegría y la felicidad inunden nuestros corazones durante estos días de fiesta, y que la Salud y la Esperanza se conviertan en pilares de nuestra existencia y nos acompañen durante toda nuestra vida. Pido al Cristo de la Salud y a Nuestra Señora de la Esperanza que nos acojan bajo su protección a los creyentes y también a los que no sean creyentes y que nos inunden de amor, solidaridad, alegría y cariño para repartir a todas las personas que nos rodean.

Gracias por visitarnos. Gracias por venir a nuestra feria y a nuestro pueblo. Gracias paisanos por estos días tan bonitos. Y ahora continúa la diversión...

Cádiar 6 de octubre de 2011.”

Publicado por Enrique

4 comentarios:

Paco Almendros dijo...

Vi el pregón de la feria de este año en la página de José Miguel Martínez y me gustó mucho. Fue emocionante cuando Nico hablaba de su familia, recordando a su hermano Agustín al que, según dijo, seguía viendo por las calles de Cádiar. Tuvo un recuerdo para sus maestros y para los sacerdotes de Cádiar, como elementos importantes en su educación. Como he dicho fue un discurso muy bonito y emocionante. Felicidades desde aquí para Nico y su familia.

Maria Jose dijo...

Me ha gustado el pregón.
Ha descrito la alegría que sentimos todos los pavicos en esos días y tambien la emoción y alegría que nos invade a los emigrados cuando volvemos. En mi caso en concreto me siento en casa en cuanto cruzo Despeñaperros

Blas rogelio dijo...

Hablabas en una entrada anterior, de la valía de mucha de la gente de nuestro pueblo y sin duda existen multitud de paisanos dignos de mención. Al leer el pregón de Nico, no he podido evitar pensar en la capacidad de lucha y de esfuerzo de esos padres y de todos los nuestros. Mi reconocimiento para todos ellos.

Enrique dijo...

Me sumo al reconocimiento que hace Blas. Me gustaría que todos ellos tuvieran su pequeño espacio en este blog. Pero mis recuerdos no son los vuestros y los que vayan saliendo siempre será a través del tamiz de mi subjetividad.