El pasado día 21 ocurrió, como todos los años, el solsticio de verano. El sol ocupa una posición, en su cenit, perpendicular al trópico de cancer. Es, en el hemisferio Norte, el día mas largo del año. Es una gran fiesta astronómica cargada de poder y magia. Hadas, duendes, gnomos y otos seres fantásticos de la naturaleza andan sueltos por los campos.
El solsticio de verano ha sido celebrado desde, casi, el principio de los días. Y aún quedan muestras de esta celebración pagana como Stonehenge en Inglaterra o las pirámides Mayas.
Como siempre, los cristianos quisieron darle un sentido trascendental a esa fiesta pagana y aproximaron la festividad de San Juan al solsticio de verano para apropiársela. San Juan Bautista, el verdadero rey de los santos, el que anunció el nacimiento de Ctristo, el que bendijo el agua y bautizó a Cristo.
Así se añadieron elementos sobrenaturales cristianos al cúmulo de poderes mágicos paganos que ya estaban asociados a la celebración del solsticio. Y así, la noche de San Juan es la noche mas mágica y especial del año. Todo empieza a las 0 horas del día 24 de junio, es decir, esta medianoche.
Por toda la geografía de la tierra existen leyendas, ritos y tradiciones asociadas a esta noche.
La ceremonia del fuego y las hogueras es la más extendida por España. Para rendir tributo al Sol, purificar el alma y ahuyentar los malos espíritus. Si embargo en Cádiar esta tradición se traslada a la noche de Santa Ana. Desconozco el motivo. Habrá que preguntar a los viejos.
La higuera y el helecho. Según la leyenda si esa noche los ves florecer serás afortunado para siempre. Es posible que por ello se dejaran ramas de higuera junto al portal de las mujeres menos agraciadas físicamente. Para que al carecer de belleza pudieran conseguir fortuna. Claro que todo degenera con el tiempo. Cuando yo era joven poner una rama de higuera en la puerta de una chica era decirle en su cara fea, aunque no lo fuera, solo por hacerla rabiar. Además, si era posible se ponía una higuera entera en la puerta, dificultando al máximo la salida de la casa.
Bañarse desnudo en el mar o en su caso en el rocío de la noche es otro de los ritos mas extendidos. Y según las leyendas te aseguran protección para todo el año. Como en Cádiar no hay mar y lo de bañarse en el rocío no parece muy recomendable…
AQUI DEBERIA APARECER
LA FOTOGRAFIA DE LA
ANTIGUA FUENTE DE LAS
CRUCES. POR DESGRACIA
NO DISPONGO DE ELLA.
Lavarse las manos, cara y cabello en agua de manantial a las 12 en punto de la noche concede salud y hermosura ya que esa noche las aguas están benditas. Y recuerdo los paseos por la carretera para llegar a las doce y lavarnos la cara en al Fuente de las Cruces.
La tradición de los enramos. Es la tradición de enramar con flores las casa de las jóvenes solteras o pretendidas para conseguir pareja, prosperidad, abundancia y la fecundidad. Esto es lo mas típico de la noche de San Juan de Cádiar. Claro que, como todo en la vida, con los años ha ido degenerando. Primero se sustituyeron los enramos de flores por macetas. Luego las macetas eran robabadas. Y se terminó robando las macetas por el gusto y la emoción de hacerlo. Para romperlas o para dejarlas lejos del sitio en el que se robaron. La verdad es que, para un joven, esto era divertido.
Hay otras muchas tradiciones, mas o menos místicas y mas o menos mágicas, asociadas a San Juan. Mirarse desnudo en un espejo, a media noche y con la luz de una vela, para ver al diablo o para ver tu muerte. Quemar un papel donde se haya escrito aquello que se quiera olvidar para conseguirlo. El soltero/a que se asoma a su ventana a medianoche verá pasar por la calle al amor de su vida. Las plantas venenosas pierden su dañina propiedad y, en cambio, las salutíferas centuplican sus virtudes. Y tantas y tantas otras.
Si embrago, la que mas nos gusta a los españoles y la que cumplimos año tras año es la de la fiesta. Bebida, comida, música y baile es el eslogan que sustituye al mas anglófono y sexentero de sexo, drogas y rock an roll.
¡Y que por muchos años sea!
Para terminar mi felicitación anticipada para todos los Juanes que lean este texto.
¡Ah! y para todos los Corpus que celebran hoy su onomástica, especialmente a mi querido Corpus Hippocraticum.
Para terminar mi felicitación anticipada para todos los Juanes que lean este texto.
¡Ah! y para todos los Corpus que celebran hoy su onomástica, especialmente a mi querido Corpus Hippocraticum.
Publicado por Enrique
6 comentarios:
Todavia recuerdo con emoción y temor aquella noche. Emoción por ver si tenía algun enramo (que yo recuerde sólo una vez) y temor de no encontrar la dichosa higuera. Al día siguiente era la comidilla de todo el pueblo (por suerte ninguna vez). La tradición de lavarme la cara la mantengo, aunque no en la fuente de las cruces y tampoco en agua de manantial, pero agua al fin y al cabo. Felicidades a todos los Juanes y Juanas
Yo no recuerdo ni emoción ni temor. Es mas, algunas ni las recuerdo con claridad.
Especialmente recuerdo una que duró varias semanas o al menos el esguince que me hice al saltar una tapia.
Los chicos era distinto eran ellos los que decidían a quien poner enramo o higuera, nosotras teníamos que esperar a la mañana siguiente para averiguar si teníamos algo.
Yo no tengo recuerdos especiales de esta noche en relación con la tradición que estáis comentando. Al hilo del comentario de María José Almendros yo pensaba que esa emoción de la que habla pertenecía a tiempos anteriores a los nuestros, de nuestras madres o un poco después. En cualquier caso es lógico que María José sólo tuviera enramos, claro, a la vista está.
Buenas noches a todos.
Estoy de acuerdo con Paco. Para Mª José solo enramos. Flores y flores!
Yo viví como abogado algunos de los peores episodios de esa noche de San Juan (que no voy a detallar obviamente) pero sí os puedo asegurar que la tradición degeneró hasta límites difíciles de imaginar. Vaya... que algún chaval se vió con que le podían pedir seis años de cárcel y con el Código Penal en la mano y sin saber de qué iba todo aquello le podían haber caído perfectamente. Suerte que la jueza era una recién llegada y tenía algún interés por toda la mística de la Alpujarra que si no, lo de entrar en un huerto a robar macetas a alguno le hubiera salido bien caro.
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