lunes, 25 de abril de 2011

Toulouse Lautrec

Dedicado a La Rubia, por su apasionado amor a las obras de arte.

El pasado domingo, retrepado en mi tumbona y bajo la sombrilla de playa, releía un artículo de una revista en torno a la vida de Toulouse Lautrec.
El maestro de la pintura que a finales del siglo XIX, y amargado por su deformidad física, se sumergió en el alcoholismo y en la vida bohemia de aquel París tan cinematográfico. Se dedicó a pintar muslos y pechos de prostitutas y coristas. Y en muchas ocasiones dibujaba los carteles de los cabarets que frecuentaba: el Moulin Rouge, el Folies Bergère o le Chat Noir.

Estando en estas no pude evitar recordar nuestro viaje a París de hace unos años.
Estábamos los seis intrépidos alpujarreños viajeros sentados en un banco de la calle, frente al Moulin Rouge. Media tarde, descansábamos tras un día repleto de visitas, caminatas y transbordos de metro. A lo largo del día habíamos visto obras de arte de todo tipo.
Agotados y poseídos de arte, uno de nosotros pensó que no podíamos abandonar París sin dejar nuestra huella creativa. Ni corto ni perezoso se dirigió a una de esas casetas prefabricadas que se utilizan en las ciudades como servicios públicos. Allí, y en escasos momentos, elaboró y colocó su blanda y jugosa escultura.
Mientras, dos jóvenes parisinas hacían cola en la puerta de los servicios. El artista salió, bajó la cabeza al ver a las jóvenes y apretó el paso hacia donde estábamos.
¡Qué escaso amor por el arte! Las dichosas jóvenes tal como entraron, salieron. Sin deleitarse en la contemplación de aquella maravilla.
¡Vámonos, vámonos! Gritó el artista.
Aquella situación, el omnubilamiento provocado por el cansancio y la predisposición hicieron que aún resuenen nuestras carcajadas por Pigalle.



Un fantástico recuerdo de aquel viaje a París.

La Rubia todavía se está riendo.

Publicado por Enrique

1 comentario:

Maria Jose dijo...

Sol, playa, tumbona, que envidia.....
Yo desde mi ventana sólo veo un día nublado que los habitantes de aqui confunden con un buen día de primavera, será porque puedes salir sin el chaquetón de invierno, pero eso si, bien abrigado.