A Ramón y María
Cuando seas padre comerás huevos.
Cuando seas padre comerás huevos.
¿Por qué?
Yo he comido huevos siempre y mis hijos comen huevos cuando toca.
El huevo debió de ser un alimento tan escaso e importante en algún momento de la historia que la frasecita, de tan repetida, ha pasado a ser frase hecha de uso común en castellano.
Mas común entre los padres, claro. Yo, a veces, les endiño la famosa fracesita a mis hijos. Cuándo seas padre comerás huevos = Cuándo seas mayor lo podrás hacer.
Y recuerdo, con cariño, que mis padres me la dijeron muchas veces.
Frases y frases que repetimos casi a diario. Y que a su vez, tiempo atrás, nos las dijeron a nosotros.
Esta es la realidad de los huevos. Esto es lo que realmente hacemos cuando somos padres y no hacíamos antes de serlo: Soltar, contínua e inconscientemente, las frasecitas hechas de suave reproche que un día nos dijeron a nosotros. Frasecitas como estas:
No te acerques tanto a la tele que te vas a quedar ciego.
Hay que comer verdura que es muy buena.
Con la comida no se juega.
No hables con la boca llena.
¿Como sabes que no te gusta si no lo has probado?
¡Come y calla!
No corras que no hay prisa.
No te entretengas por el camino.
El jabón no le hace daño a nadie.
¿Es que no puedes estar ni un minuto quieto?
El dinero no crece en los árboles.
Parece que estoy hablando con la pared.
Protestando no vas a conseguir nada.
¿Que parte de la palabra “NO” no has entendido?
Cuando yo tenía tu edad…
Esto es por tu propio bien.
No me importa lo que hagan los demás, me importa lo que haces tú.
Si todo el mundo se tira por un barranco, ¿te tiras tu también?
Porque lo digo yo, y punto.
¿Con quién te crees que estas hablando?
O, como diría Serrat, eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca.
Por desgracia mis padres ya no pueden acompañar mi camino. Pero yo no puedo evitar recordarlos.
Publicado por Enrique
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