miércoles, 30 de marzo de 2011

Hostal Partner

Llevo varios días recordando. Recordando momentos viejos y sensaciones viejas. Viejos porque son del tiempo pasado y viejos porque están deslucidos y estropeados por el uso.
No se cual es la causa, quizás una noticia triste, quizás la promesa de un reencuentro. El caso es que llevo varios días de recuerdos.
Recordé una calle de pueblo, destartalada. En la calle un viejo y solitario anuncio luminoso. Un rectángulo blanco enmarcaba el dibujo de una cadena circular y un rótulo que rezaba “Calzados La Cadena”. Recordé entrar a aquella tienda, bajo el luminoso, de niño. Recordé el mostrador, las estanterías abarrotadas de cajas  y la claridad de aquella tienda de pueblo. Recordé avanzar hacia dentro y entrar a en la trastienda. Una habitación amplia. Recordé la semioscuridad y el olor a goma de neumático. Recordé una ventana al fondo, a media altura, con vistas a los huertos. Recordé el sol de media tarde iluminando una mesa baja de trabajo. Una mesa cargada de herramientas y útiles diversos. Y recordé, sentado  a la mesa, con un martillo y un clavo en las manos,  a un hombre delgado con sonrisa amable.
Después me vino a la cabeza otra calle del pueblo. Una calle  con mas balates que casas detrás de sus aceras. Recordé un edificio bajo con aleros de pizarra y terrao de launa. Recordé, en el interior del edificio, semioscuridad de nuevo. Recordé el espacio desbordado, totalmente lleno de herramientas viejas y nuevas. Recordé la fragua de carbón y el fuelle con el que se avivaba. Recordé el yunque y el mazo. Recordé el hierro al rojo vivo, el polvo del carbón, la escoria del hierro y el olor a metal húmedo. Vino a mi mente la imagen del hombre que daba vida a aquel organizado batiburrillo. Un hombre mayor, de sombrero en la cabeza, de los de antes. Y recordé a un niño, un niño que ayudaba en todo lo que podía.
Por los recuerdos también pasan los años. Y recuerdo como pasados los años aquel edificio bajo con terrao de launa cambió. Recuerdo como pasó a ser un edificio grande sin terrao de launa. Recuerdo como los balates de la calle fueron cediendo su lugar a viviendas. Y recuerdo que ya no estaba el hombre mayor con sombrero en la cabeza. Se fue como los hombres de antes. Recuerdo la revolución de aquella fragua. Era mas grande, mas limpia y mas clara. Ya no estaba la fragua o fogón. Se fue y, con ella, se fue el carbón. La puerta de entrada no era la misma, era mas grande. La recuerdo decorada en tonos rojos con un gran anuncio de Neumáticos Firestone.
Y recuerdo haber visto como aquel niño, que antes ayudaba a su padre, alcanzó la talla necesaria para calzarse el mono naranja de Partner. Los andaluces somos dados a llamar a la parte por el todo y viceversa. Así, hubo un tiempo en que a aquel joven, que no paraba de trabajar en ningunas vacaciones, paso a ser llamado entre sus amigos Partner, por el mono de trabajo que utilizaba. ¡Qué curioso! Muchos años después me enteré de que partner, en inglés, significa compañero, socio, amigo… ¡Un nombre de cojones!
Al grano.
Tengo un Partner (compañero , socio, amigo…) que este último fin de semana abrió un hostal en Granada. Solo por un fin de semana y solo para caballeros. ¿Por qué no? En los años 50 había casas de huéspedes solo para señoritas. Pues este fin de semana hubo un hostal solo para caballeros. Tuve el privilegio de hospedarme en dicho hostal y tengo que decir que el servicio fue exquisito, la animación turística fantástica y la atención personalizada. En definitiva “Muy Recomendable”.
Mi valoración personal:
El alojamiento:

La comida:
La bebida:
La animación:

Por hacer un resumen y en pocas palabras:
Cerveza, pan crujiente, tapas, cerveza, charla, vino, risas, cerveza, salaillas, habas, arroz, cerveza, charla, cartas, flukines, cerveza, güisqui, risas, ron, vino, arroz, mas recuerdos, ¡Ensalailla rusa!, cerveza, charla y padel (¡Cómo avanzan los tiempos!).
Pero lo fundamental del fin de semana en el Hostal Partner fueron los encuentros y reencuentros agradables.
Como siempre, donde hay encuentros, suele haber algún desencuentro. En este caso, una cámara de fotos que se cae y una supuesta grabación de secretos oficiales. ¡Mas se perdió en Cuba! Entre amigos nada suele ir a mayores, salvo las risas.
Me reitero en ni valoración, un fin de semana en el Hostal Partner es ¡MUY RECOMENDABLE!

Publicado por Enrique.

8 comentarios:

Loly Juarez dijo...

Buenisisisisismo...

Yo quiero ir a ese hostal..

Os dió tiempo a comer y beber todo eso y luego jugar al padel'''''.. lo dudo..

Por cierto Enri no hablas de la música ambiental

Enrique dijo...

No recuerdo que , en esta ocasión, hubiera música ambiental.
Otra vez será.

Loly Juarez dijo...

Seguro que la había...

Isabel dijo...

Estoy segura de que hubo música ambientall Conozco bien ese hostal y al "posadero", y tambien tengo reseñas históricas del resto de invitados. Me da a mí en la nariz que hubo música sin necesidad de CDs ni MP3. Ejem, ejem...

Enrique dijo...

Interesante debate el de la música ambiental en el hostal. Me consta que cada uno de los huespedes es un virtuoso con su instrumento y también me consta que cuentan con un potente equipo se sonorización. Sin embargo, yo no percibí música ambiental alguna. Me temo qu la música no pasó de los auriculares privados de cada huesped.
Lo siento, tendremos que pedir la interpretación de solos en otra ocasión.

Mary dijo...

Próximamente nos tocará a nosotras irnos a otro Hostal.Lo estamos deseando...

Loly Juarez dijo...

Si, luego nosotras al hostal, y seguro que no habrá música ambiental. al menos por mi parte, jajajajajajajjaaj.. nosotras somos muy finas

Maria Jose dijo...

Queria agradecer la descripcion perfecta que se ha dado de la zapateria y de la persona sentada en la mesa. Me ha llegado al corazon y me ha emocionado mucho